Historia socio-ecológica del Páramo del Sol,  Urrao – Antioquia.

Historia socio-ecológica del Páramo del Sol, Urrao – Antioquia 

Por  

Alejandro Sánchez Ortiz 

Medellín 

Colombia  

5 de abril de 2021

Historia socio-ecológica del Páramo del Sol,  Urrao – Antioquia. 

Foto 1 Panorámica occidente antioqueño

Historia socio-ecológica del Páramo del Sol,  

Urrao – Antioquia. 

Foto 2 Páramo del Sol 

De las montañas de mi tierra, el Páramo del Sol ubicado en el municipio de Urrao es la más  alta de todas; es un ecosistema único en el mundo y de considerable valor para Antioquia debido a la biodiversidad que la habita y los servicios ecosistémicos que brinda para el  departamento y Colombia. Con este texto histórico en formato fotográfico busco contribuir a  la divulgación de la importancia ambiental e histórica del Páramo del Sol, destacando los servicios ecosistémicos de abastecimiento, regulación y culturales que brinda; hacer  memoria de su historia, para mostrar su importancia en la tradición cultural antioqueña; y finalmente quiero resaltar fotográficamente la belleza de su biodiversidad y de los procesos ecológicos que hacen de este lugar un ecosistema estratégico para la conservación en el  departamento y en el país. 

Foto 3 Páramo del Sol

 

Antes de la llegada de los españoles al nuevo mundo y específicamente al occidente  Antioqueño, el Valle del Penderisco sobre el cual se eleva el Páramo del Sol era habitado por los indígenas Catíos, su poblado más importante se llamó Xundabé, o nido de pájaros  en su idioma. En la actualidad, el territorio Catío se limita en el occidente de Colombia entre  las cuencas de los ríos Atrato y Cauca; y desde Caramanta en el sur, hasta la Serranía de  Abibe en el norte (República de Colombia, 1934; Arroyave J. C., 2009). No obstante, su  distribución se puede rastrear en la tradición oral de indígenas en América Latina, desde el  sur de Costa Rica hasta el norte de Ecuador (Velez, 1982). 

Foto 4 Panorámica Valle del Penderisco 

En la tradición oral Catía, se evidencia la estrecha relación espiritual que desarrollaron con  la naturaleza con la que cohabitaron el territorio. Los Catíos incluyen en sus relatos  tradicionales diversos animales y plantas, silvestres y domésticos, y lugares geográficos del  territorio de especial importancia para ellos; ejemplo de estos relatos se pueden encontrar  en “Personas que se volvieron animales” o “La culebra Jepa” disponibles en Vélez (1982).  Así mismo, en la cosmogonía Catía, Caragabí es el Dios creador del mundo, quien un día 

se transformó en colibrí para perseguir a la diosa Gentzerá quien había encerrado el agua  en lo alto de una montaña que frecuentaba para bañarse. Caragabí derribando la puerta del  pozo donde la diosa Gentzerá se bañaba, permitió que el agua se derramara formando los  ríos y mares (Velez, 1982).

Foto 5 Colibrí del Sol 

En 1513 llegaron los primeros colonizadores españoles al Valle del Penderisco comandados por Vasco Núñez de Balboa (1475-1519) con el objetivo de buscar tesoros. Embarcaron en  Panamá con el propósito de navegar río arriba desde la desembocadura del Río Atrato y luego remontar por el rio Murrí (culebra en Catío). Los españoles exploraron el territorio y  desde lo alto de las montañas de la cordillera Occidental lograron observar por primera vez  el Mar del Sur, que 1520 sería llamado Océano Pacífico por Fernando de Magallanes (1480- 1521), cuando completó por primera vez la vuelta al mundo (Arroyave J. C., 2009). 

En 1539 la Corona encomendó el territorio a Pedro de Frías, quien enfrentó a los indígenas Catíos liderados por el cacique Toné, para hacer efectivo el cobro de tributos por el uso de las tierras conquistadas. El cacique Toné de Xundabé, enfrentó a los españoles en diversas 

batallas con el fin de salvaguardar la libertad de su pueblo; sin embargo, en la batalla de  Negobarco de 1557, los Catíos fueron finalmente derrotados y perdieron el poder sobre el  territorio (Arroyave J. C., 2009; Vélez, 1981). Desde entonces los colonizadores se  establecieron como poseedores de la región, y empezó la migración de familias al poblado.  El nuevo poblado tuvo varios nombres, hasta 1780 cuando oficialmente se funda Urrao, para 

luego en el año 1834 durante la época Republicana, ser finalmente nombrado Municipio de  Urrao (Arroyave J. c., 2002; República de Colombia, 1934). 

Foto 6 Escultura Cacique Toné. Autor Humberto Elías Vélez Escobar. Parque Principal de Urrao. 

El primer científico que visitó el Páramo del Sol fue Agustín Codazzi (1793-1859) en 1852 (Arroyave J. c., 2002). Posteriormente, a comienzos del siglo XX lo visitó Roberto Scheibe (1859-1923), geólogo alemán, y científico fundador y director de la Comisión Científica  Nacional de 1916. Scheibe dijo sobre el Páramo del Sol que fue gigantesco Nevado y que 

posee una laguna de origen glaciar (Arroyave J. c., 2002; República de Colombia, 1934). A  partir de entonces, la riqueza biológica de la región, específicamente la de plantas y  orquídeas, se difundió entre los naturalistas y comerciantes del mundo, quienes llegaron a  la región con el objetivo de colectar especímenes vivos con fines científicos y comerciales.  Entre la segunda mitad del siglo XIX y la primera del siglo XX muchos naturalistas colectaron  grandes cantidades de individuos, no solo de plantas sino también de animales como  anfibios, reptiles y aves, lo cual provocó el deterioro ecológico del Páramo (IAVH I. d., 2015  a)

En la segunda mitad del siglo 20 el deterioro causado en el Páramo del Sol por la extracción  continua de recursos naturales incentivó el interés nacional por conocerlo, que se vio reflejado en la producción cultural y científica de la época. Los habitantes de Urrao fueron  los primeros en demostrar la importancia que tiene para ellos el Páramo a través de las  manifestaciones artísticas y culturales, por ejemplo, para el artista Humberto Elías Vélez  Escobar (1943), autor de las esculturas “Cacique Toné” y “La Fuerza de mi Pueblo” que se  encuentran en el parque principal Urrao; o para el fotógrafo de naturaleza Pablo Emilio  Herrera Durango (1964) quien ha logrado capturar una gran cantidad fotos de las diferentes  especies de orquídeas en estado silvestre. También sirvió como inspiración para el poeta  urraeño Jesús Rodríguez Jaramillo (1925-1976), quien bautizó el Páramo que hasta  entonces era conocido como morro de Frontino. Los poemas en los que bautiza el Páramo  se llaman, El rio de la miel y de los niños, y dice así: 

“…Se despierta arrullado entre catleyas albas 

por el aire más puro del Páramo del Sol; 

se entretiene con niños de nube por las faldas

y desciende hasta el valle donde reside Dios…” 

y el segundo poema se llama Canto al rio de mi infancia, y lo nombra en el verso que dice  así: (Arroyave J. C., 2018): 

“…Y el Páramo del Sol, que así lo nombra 

el que sus verdes cúpulas le incendia, 

perdido en el jazmín de su alto vuelo, 

se empina por la luz que lo sustenta…” 

Igualmente, después de 1950 los científicos colombianos motivados por conocer mejor los  recursos biológicos propios, tan buscados por los naturalistas extranjeros y apreciados en  el exterior; y, además preocupados por el deterioro ambiental del Páramo crearon en 1964 la Sociedad Colombiana de Orquideología (SCO). La SCO se creó con el fin de difundir el  conocimiento sobre el cultivo de orquídeas en Colombia y gestionar la protección de áreas  naturales ante el gobierno nacional. De esta manera, la SCO lideró la exploración botánica  del complejo paramuno Frontino-Urrao, que finalmente concluyó con en el establecimiento 

del Parque Nacional Natural Las Orquídeas en 1974, y en 1975 con la Reserva Forestal  Protectora Nacional Páramo del Sol, en el Acuerdo 32 de 1975 del INDERENA y  posteriormente ratificada en la Resolución 402 de 1975 del Ministerio de Agricultura. (IAVH  I. d., 2015 a; SCO, [1972]). Adicionalmente, desde entonces se han constituido otras áreas 

con el fin de salvaguardar y conservar la riqueza biológica del Páramo: la Reserva Forestal  Protectora Nacional de Frontino, dos Distritos Regionales de Manejo Integrado y 3 Reservas  Forestales de la Sociedad Civil (IAVH I. d., 2017). 

Foto 7 Arriero en el Páramo del Sol 

En la actualidad, Urrao tiene más de 42.000 habitantes, de los cuales casi 25.000 habitan  en la zona rurales del municipio, pero ninguno en el Páramo. Su población se dedica  principalmente a las actividades agropecuarias, la ganadería ocupa el 20% de su territorio, y la producción agrícola incluye productos como el aguacate, el frijol, la caña, el café, el  fique, el maíz y el cacao. Los habitantes de Urrao también se han dedicado tradicionalmente a la actividad forestal, para las cuales tienes grandes extensiones de bosque comercial  plantado; y las actividades mineras, especialmente en la extracción de materiales de  construcción y metales preciosos como el oro (Álvarez Salas, Gómez Aguirre, & Cano  López, 2016; IAVH I. d., 2015 a). 

Los páramos son las regiones ecológicas a mayor altitud de la línea tropical en América,  África y Oceanía, están ubicadas debajo de las nieves perpetuas y sobre el límite forestal  superior. En América, los páramos están principalmente distribuidos sobre la cordillera de  los Andes, entre Perú y Costa Rica (IUCN U. I., 2014). Las condiciones climáticas en los  páramos son muy estables durante todo el año. Su altitud está entre los 3000 y 3500 msnm  (IAVH I. d., 2015 a); su pluviosidad varía entre los 500 mm y los 1000 mm anuales; su  temperatura se mantiene constante en 30 en la zona de super-pármo y en 60 en el páramo.  Por encima de los 3500 msnm se encuentra la zona de vida Tundra Pluvial o super páramos  y la Zona de Vida Nival o de nieves perpetuas (IAVH I. d., 2007). 

Foto 8 Panorámica Páramo del sol 

Colombia es el país del mundo que cuenta con la mayor área de páramos, tiene aproximadamente 3 millones de hectáreas distribuidas principalmente en las bifurcaciones  andinas de la cordillera Oriental (1.207.916 ha), de la cordillera Central (424.497 ha), y de  la cordillera Occidental (19.657 ha). También hay zonas de páramo en Nariño y Putumayo  (143.544 ha), y en la Sierra Nevada de Santa Marta (137.426 ha) (IAVH I. d., 2015 a). 

El Páramo del Sol hace parte del Complejo de páramos Frontino-Urrao situado al norte de  la cordillera de los Andes, en la vertiente oriental de la bifurcación Occidental. En total, el  complejo paramuno Frontino-Urrao tiene una extensión de 15.396 ha y está ubicado entre  los municipios de Urrao, Santa Fe de Antioquia, Giraldo, Salgar, Betulia, Anzá, Caicedo, 

Cañasgordas, Abriaquí y Frontino; 79 ha están ubicadas en el departamento del Chocó, en  el municipio del Carmen de Atrato (IAVH I. d., 2015 a; IAVH I. d., 2017). 

Foto 9 Panorámica Páramo del sol 

El Páramo del Sol cuenta con la mayor parte de la extensión del complejo de paramuno Frontino-Urrao con 4010 ha, el 91% de su terreno presenta relieve denudativo, formado por laderas muy pronunciadas en forma de “V” debido a la erosión que causa la escorrentía. En  lo más alto del Páramo del Sol, está el punto geográfico de mayor altura sobre el nivel del  mar en Antioquia, a 4080 msnm; y adicionalmente, el Páramo del Sol tiene los humedales  altoandinos más extensos de departamento (Álvarez Salas, Gómez Aguirre, & Cano López,  2016; IAVH I. d., 2015 a).

Foto 10 Panorámica Páramo del Sol 

El ascenso al punto más alto de Antioquia permite apreciar como las condiciones  ambientales, como las bajas temperaturas, la baja presión atmosférica, la alta radiación  solar, los fuertes vientos y la alta humedad, cambian el paisaje, desde el tupido bosque  Altoandino, pasando por la zona de transición hasta finalmente llegar hasta la zona de  páramo propiamente dicho. Estas condiciones favorecieron que la biodiversidad que se  adaptó a vivir allí se caracterice más por ser rara o única, que, por ser rica o abundante, por  lo tanto, aunque es un lugar muy biodiverso, la fauna es difícil de observar (IAVH I. d., 2015  b). 

Foto 11 Pluma

Foto 12 Bosque Altoandino 

La parte inferior del Páramo está rodeado por la zona de vida de bosque altoandino,  característico por presentar una cobertura vegetal con árboles que superan los 20m de  altura, aunque también tiene arbustos y helechos de talla baja. En esta parte de la montaña  es común encontrar gran cantidad de plantas epifitas como las orquídeas y bromelias;  adicionalmente, tiene musgos que son un componente biótico muy importante para la  regulación hídrica, ya que forma colchones en el suelo y en los árboles, que regulan el flujo  del agua hacia las partes bajas de la cuenca (IAVH I. d., 2015 b). Adicionalmente, el bosque  altoandino del Páramo del Sol es el único de la cordillera Occidental que tiene comunidades  de Polylepis sp. un árbol conocido como colorado o sietecueros, que puede llegar a medir  10 m, posee flores rosadas y pendulantes de aproximadamente 2cm. (IAVH I. d., 2015 b;  IAVH I. d., 2015). 

Foto 13 Epífitas 

La fauna de insectos que se encuentra en el suelo (edafofauna) van disminuyendo y  cambiando a medida que se asciende altitudinalmente en el Páramo; siendo los insectos  del páramo distintos de los insectos que se encuentran en las partes inferiores de la  montaña; se han registrado hasta 157 especies de insectos en todo el complejo paramuno  Frontino-Urrao y 56 especies sólo en el Páramo del Sol. Hay pocas especies de insectos  que son muy dominantes, sin embargo, sí hay muchas especies raras pero que presentan  poca abundancia de individuos (IAVH I. d., 2015 b). Los escarabajos son los más  abundantes y diversos, mientras que las hormigas y las cucarachas son los insectos menos  abundantes y ricas. Por el contrario, en el Bosque Altoandino las moscas fueron las más  abundantes mientras que los escarabajos los que presentaron menor abundancia (IAVH I.  d., 2015 b).

Foto 14 Insecto Páramo del Sol 

En el páramo del sol se han estudiado insectos de los órdenes Coleóptera (escarabajos),  Dictióptera (cucarachas, termitas y mantis); Díptera (moscas, mosquitos, tábanos, etc.) e  Himenóptera (hormigas abejorros abejas y avispas). Estos insectos cumplen diferentes  funciones biológicas dentro del ecosistema que ayudan a mantener el equilibrio ecológico a  través del reciclaje de nutrientes y control biológico; hay especies que se alimentan de  material vegetal en descomposición (saprófitos), mientras que otros se alimentan de pantas  vivas o sus partes (fitófagos), participan en la formación del suelo fértil y también actúan  como presas para otros animales; además participan en la polinización de las plantas (IAVH  I. d., 2015 b). 

 

Foto 15 Insecto Páramo del Sol 

Por encima de la línea de bosque altoandino, entre los 3255 y 3578 msnm está la franja de  transición o subpáramo, allí el paisaje está dominado por vegetación de tipo arbustiva,  aunque también se pueden encontrar áreas con bosques de bajo tamaño. Aquí se pueden  observar tanto especies que crecen en alturas más bajas, pero también inicia el crecimiento  de plantas características de los páramos como los frailejones (IAVH I. d., 2015 b). 

Las especies vegetales que crecen en el Páramo del Sol, propiamente en la zona del  páramo, son de tipo herbazal de alta montaña. El paisaje está cubierto por especies  vegetales que miden desee los 30 cm hasta los 3 metros de altura (IAVH I. d., 2015 b). El  páramo del Sol está dominado por grandes extensiones de frailejones endémicos, 

principalmente por los frailejones de nombre científico Espeletia frontinoensis, y Espeletia  praefrontina (IAVH I. d., 2015 b).  

La topografía del Páramo de sol permite que se presenten diferentes microhábitats en las  diferentes laderas de la montaña, lo cual ha favorecido la colonización de múltiples  coberturas vegetales de diferentes especies; se estima que el 60% de las plantas vasculares  son endémicas para el páramo. La flora del Páramo del Sol es igualmente excepcional, se  han registrado 452 especies de flora, 31 de las cuales son especies endémicas, aunque 32  especies de plantas en todo el complejo paramuno presenta algún grado de riesgo de  extinción (IAVH I. d., 2015 a). 

Foto 18 Microhábitat 

Adicional a las adaptaciones de especie que han desarrollado las plantas para sobrevivir en  el ambiente de páramo, las especies vegetales cubren el paisaje en el Páramo del Sol  también desarrollaron como estrategia adaptativa vivir en asociaciones o comunidades, principalmente del frailejón E. frontinoensis en asocio con la bromelia Puya antioquensis. 

Las asociaciones vegetales les sirve para optimizar el aprovechamiento de los recursos  como el agua, la luz y el calor (IIAP, 2012) 

 

Las asociaciones de plantas a su vez crean microclimas y microhábitats que sirven como  refugio y fuente de alimento para los animales, por ejemplo, para los anfibios. Aunque no  hay muchas especies de anfibios en el Páramo, todas son endémicas. Se han descrito 3  especies de anfibios, 2 ranas del género Pristimantis que pueden ser vistas y escuchadas  entre la vegetación y troncos caídos cerca de las fuentes hídricas, tanto de día como de  noche; y 1 salamandra muy abundante del género Bolitoglosa, que pueden ser observada  en la noche en las asociaciones vegetales de frailejones cercanos a los nacimientos de  agua; estas especies de anfibios paramunos disminuyen su abundancia a medida que se  desciende altitudinalmente (IAVH I. d., 2015 b). Los anfibios controlan biológicamente 

insectos y además son fuente de alimento de aves y mamíferos; los renacuajos ayudan a  mantener las fuentes hídricas evitando la acumulación de material vegetal, elementos  precipitados y larvas de insectos (IAVH I. d., 2017). 

Se han registrado 159 especies de aves en todo el complejo paramuno Frontino-Urrao, 93  de ellas presentes en el Páramo del Sol. Las aves insectívoras son las más abundantes,  aunque también hay gran variedad de nectarívoras y frugívoras. Los colibríes y los  semilleros son los más diversos. Se destaca la presencia de una gran variedad de colibríes,  siendo el colibrí del sol el más representativo de la región (IAVH I. d., 2015 a). El colibrí del  sol o inca de Frontino (Coeligena orina) fue descrito por primera vez en 1953, y recibe su  nombre porque fue visto por primera vez allí, aunque su distribución no se limita al complejo  paramuno Frontino-Urrao, ya que se ha observado también en los farallones del citará, 

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Jardín y el Parque Nacional Natural Tatamá. En el presente, se calcula que su población  oscila entre los 400 y 2500 individuos adultos, pero se cree que está disminuyendo debido  a la pérdida del hábitat y a los impactos del cambio climático; es por esto que la especie  está clasificada como en riesgo de extinción (EN) (IUCN, 2012; BirdLife International, 2020).  

El colibrí del sol puede medir hasta 14 cm, su pico mide 33 mm, es recto y delgado; su color  es oscuro casi negro, brilla uniformemente de color verde metálico, aunque son ligeramente dorados en la grupa. Tienen una mancha gular azul metálica brillante y una mancha verde  metálica iridiscente en la frente; en los machos ambas coloraciones son más brillante. La  Reserva Natural de la Sociedad Civil Colibrí del Sol tiene como propósito salvaguardarlo,  así como otras especies amenazadas. En general es poco lo que se sabe de su 

comportamiento, pero se le ha visto generalmente entre los 2950 hasta los 3500 msnm y se  alimenta de insectos principalmente (BirdLife International, 2020; IAVH I. d., 2015 a). 

La fauna y flora que habita en el Páramo del Sol y en las partes bajas de lass cuenca,  considerados como dos de los lugares más biodiversod del mundo: el Chocó biogeográfico  y los Andes tropiclaes (Myers, Mittermeier , Mittermeier, da Fonseca, & Kent, 2000), se  benefician del agua que allí se produce. La producción hídrica que ocurre en el Páramo del  Sol le da el reconocimiento de ser estrella hidrográfica del Norte de la Cordillera Occidental,  debido a que su principal servicio ecosistémico es el de abastecimiento hídrico. Y, junto con  los bosques de las partes bajas del complejo paramuno, ayudan a regular este servicio  dentro de toda la cuenca hidrográfica. Los habitantes de Urrao captan un volumen de agua  aproximado de 50 m3/s, y es aprovechada para el uso doméstico y la producción agrícola y  pecuaria (0.38%); sin embargo, su principal uso es en la producción de energía eléctrica  (98%), y luego de la generación es devuelta al ecosistema sin cambios importantes en su  composición química o física, permitiendo que siga cumpliendo su función ecológica (IAVH  I. d., 2015 a). 

Además de la lluvia, el agua en los páramos es producida por la precipitación horizontal. El  agua se filtra gota a gota de la niebla por las plantas, gracias a las adaptaciones  morfológicas que les permite tener un efecto esponja. Adicionalmente la flora paramuna  adaptó su morfología con diferentes artefactos como bellos, felpas, macollas y rosetas para 

proteger su punto de crecimiento de las condiciones exteriores extremas, y evitar la pérdida  de agua por transpiración (Diaz-Granados Ortiz, Navarrete González, & Suarez lopez,  2005) 

La regulación hídrica que ocurre en el Páramo del Sol se facilita debido a la formación del  suelo que ocurre naturalmente allí. El suelo se forma gracias a la acumulación de materia  orgánica producida por las plantas, pero de lenta degradación, debido a las extremas  condiciones ambientales y de temperatura que limitan la supervivencia de los  microrganismos e insectos que la descomponen. En el suelo, el agua es retenida en el  espacio formado por la materia orgánica en distintos grados de descomposición o turberas,  que son áreas pantanosas de tamaño variable que se distribuyen a lo largo del Páramo  (Álvarez Salas, Gómez Aguirre, & Cano López, 2016).

El agua se libera lentamente por escorrentía hacia las corrientes hídricas que se distribuyen  para aportar al Rio Atrato y el rio Cauca. Las corrientes de agua que aporta al rio Atrato,  llegan primero al Río Murrí, desde los ríos la Encarnación, el rio Urrao y la quebrada las  Cruces, entre otras; al Cauca, lo hace aportando agua al río La Noque (IIAP, 2012). Por otro  lado, el agua se puede quedar almacenada en uno de sus humedales. El Páramo del Sol 

tiene al menos 20 espejos de agua permanente, como la Laguna Puente Largo y Laguna de Campanas. Laguna de Campanas es la más alta sobre el nivel del mar en el  departamento a 3900 msnm; y probablemente la de mayor volumen de Antioquia, tiene una  profundidad máxima de 5,2 m y un área de 1,3 km2(IAVH I. d., 2015 a; IAVH I. d., 2007;  IAVH I. d., 2017).

La laguna Puente Largo ocupa un área de 1.5 km2, tiene una profundidad máxima de 1.1 m y está a una altura de 3600 msnm, está compuesto por al menos 5 lagos permanentes  interconectados. Alrededor hay zonas de pantanos o turberas, proporcionando una gran  diversidad de microhábitats en montículos y pozos con condiciones favorables para el  desarrollo de una gran diversidad de musgos y algas que regulan el flujo hídrico (IIAP, 2012) 

Sin embargo, hay conflictos de intereses entre quienes defienden la integridad ecológica de  la región y aquellos que encuentran en la industria forestal ilegal, la industria minera y  aquellos que buscan la ampliación de la frontera agrícola para buscar en la agricultura una  alternativa económica como forma de subsistencia. En la actualidad, el principal riesgo es  la minería en caso de tener mayor aceptación por parte de los habitantes, quienes la  practican como medio de subsistencia a pesar de conocer los impactos negativos en el  ambiente. La situación se agrava, ya que los mineros prefieren usar madera no plantada de  la región para construir los soportes de las minas, ocasionando deforestación de los  bosques naturales en la región, disminución de la capacidad de regulación hídrica y  contaminación de las aguas (Álvarez Salas, Gómez Aguirre, & Cano López, 2016). 

En conjunto, las condiciones bióticas y abióticas del Páramo del Sol, su ubicación geográfica y el buen estado de conservación, permiten que los procesos ecológicos que allí ocurren  brinden a la población servicios ecosistémicos vitales de abastecimiento y regulación del  recurso hídrico; tanto para consumo humano como para la producción agropecuaria y para  el mantenimiento del caudal ecológico de dos de las cuencas más biodiversas del mundo.  También, ha sido importante para los artistas, quienes inspirados por la belleza de los  recursos naturales del Páramo, han dejado un importante legado artístico que nos recuerda  la importancia de la región en tradición cultural paisa, y de la riqueza biótica de la región del  punto geográfico más alto de Antioquia. 

Referencias 

Álvarez Salas, L. M., Gómez Aguirre, A. M., & Cano López, W. A. (2016). Percepciones de  los servicios ecosistémicos en el complejo de páramos Frontino–Urrao,  departamento de Antioquia, Colombia. Biota Colombiana, 17(2), 134-147.  doi:10.21068/c001 

Arroyave, J. c. (2002). De Xundabé a Urrao: historia de un paraíso escondido . Medellin. Arroyave, J. C. (2009). Historia General de Urrao. Medellin: Impresos Begón. Arroyave, J. C. (2018). Poesia urraeña. Medellín: Señal Ediciones. 

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IAVH, I. d. (2007). Atlas de páramos de Colombia. Bogotá: Grey Comercializadora Ltda. 

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